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  • En la secci n Desde la pol tica una revisita

    2018-11-03

    En la sección “Desde la política”, una revisita de Sayak Valencia, con un texto que generosamente nos presta de su libro Capitalismo Cada vez que releo alguna página de este ensayo, más actual me parece y más lo entiendo, en el sentido profundo de la palabra: verlo, sentirlo, palpar lo que nos está diciendo y lo que está denunciando. Valencia no susurra. Dice con claridad: busca palabras viejas para fenómenos nuevos; palabras nuevas para hechos que se reeditan en formas que hasta hace poco parecían impensables. El Capitalismo lleva, en un intratexto, la sangre que derrama Radicicol su paso en su alianza con la muerte, “con el crimen organizado, el género y el uso predatorio de los cuerpos”. Valencia da un lugar primordial al hecho de nombrar con precisión, aun a costa de crear el término, o de hurgar en la historia, provenga de donde provenga (por ejemplo, los “sujetos endriagos”) con el fin de que cumpla la labor política que ella le otorga a este hecho: dar un nombre es visibilizar, es reconocer, es dar cuerpo —y territorio—, es situar este fenómeno que ella llama “necroempoderamiento capitalista” que está sucediendo ahora, ya, y que está conmoviendo nuestras vidas de manera irreparable, este visibilizar nos pone enfrente una posibilidad de actuar, de ponernos en movimiento contra su violencia. Desde los límites, nos escribe Jean Franco, y sus temas, siempre desde la crítica cultural, son ahora las fronteras, la producción cultural, las grietas de ese todo por donde se cuela la luz, como diría Leonard Cohen. Primero, Franco trae las reflexiones que hace Rita Laura Segato a partir de su análisis sobre los feminicidios de Ciudad Juárez, que pone en relación tres elementos que son uno correlato del otro y su consecuencia: posmodernidad y feudalismo, debilitamiento del Estado y el cuerpo femenino como territorio de dominio. Las mujeres amenazadas, dice Jean Franco, pueden ser vistas como “víctimas de la guerra clandestina por el control del territorio, una guerra de defensa contra la invasión neoliberal de Estados Unidos”. Sigue buscando y encuentra una relación entre la vulneración de los derechos de los trabajadores en las maquilas por el neoliberalismo y la producción cultural reciente del norte de México. Nos habla de Yuri Herrera, que recrea (recordemos la referencia a Episome Segato sobre el feudalismo) el narco gobierno como parte de un retroceso al medioevo: todo pasa entre señores, barones, juglares. La saturación del norte del país por el narco es tan enorme que permea todos los ámbitos de la producción cultural: la narcoliteratura, los narcocorridos... En este sentido nos habla de Carlos Velázquez (El Karma de vivir al norte), donde el autor narra situaciones “que de tan extremas se han vuelto ridiculas”. La acción sucede en Torreón, desde donde la violencia se ha vuelto tan omnipresente que invade toda la vida diaria y nocturna del personaje central. La vida cotidiana, nos dice Franco, se ha vuelto aquí un encuentro diario con la muerte. Su viaje por la producción cultural literaria del norte continúa. Estamos en Tijuana, la ciudad posmoderna del norte, nos dice. Sayak Valencia aparece con fuerza en esta parte de su travesía. Desde una postura excéntrica, escribe Franco, Valencia encarna en México la expresión de “un capitalismo paródico y mortal que florece en cada asesinato”. Para ella, es un intento de explicar lo ocurrido en el norte “no como una aberración sino como parte de la lógica del capitalismo tardío”.
    Con este número 50 de se cierra una época. ¿La razón? Cinco lustros de dirigir este querido “ladrillo”, desde aprender a corregir galeras hasta desgastarme solicitando anuncios, son una muy buena cantidad de años para tomarme un respiro. Por fortuna, aunque dejo la dirección de la revista, continúa. Una segunda época se abrirá el año que entra, y muchas de las integrantes del comité editorial colaborarán en la renovada versión que surgirá bajo el auspicio generoso y solidario de la Universidad del Claustro de Sor Juana.